Por Sandy Mercedes
Ustedes
son la luz del mundo nadie enciende una luz para mirarla, si no para ver en
medio de la oscuridad.
Lo terrible
de nuestra pobreza es que nos oscurece el juicio, no sabemos por donde empezar,
necesitamos una luz que nos brote desde adentro.
De acuerdo
a la palabra de Dios en el profeta Isaías 58, 7-10, es luz no viene de
figurones luminosos, sino de la
solidaridad.
Todo el
magisterio de los Papas y de los Obispos promueve la solidaridad de forma
concreta.
Invariablemente
piden que se garanticen los servicios básicos, electricidad, viviendas, agua y
se invierta en educación y salud.
Jesús también
declara, ustedes son la sal de la tierra La sal saca lo mejor de cada alimento.
Si los
cristianos nos metemos a querer hacerlo todo, fracasaremos, nos toca trabajar
junto a otros por crear las condiciones para que cada ciudadano y nuestra
instituciones den lo mejor de si.
Que país
tendríamos si los que nos mandan, en lugar de prodigar dudosas dadivas clientelitas,
se esforzaran por crear las condiciones para que cada ciudadano e institución pudiera
cumplir con su deber
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