sábado, 29 de agosto de 2015

Gente impaciente para esperar el aplauso y por resaltar lo que ya impacta la vida,

La Romana Rep Dominicana 
Por Sandy Mercedes
Muchas veces olvidamos que somos misioneros peregrinos en esta tierra, que estamos en deuda con el dador de los talentos, quien a permitido que hagamos lo que hacemos y seamos lo que hoy somos.


Servir y bendecir a otros, es la verdadera razón de tenerlos, la Biblia nos dice  que Dios dio dones a los hombres no para si mismos, si no para el servicio de los demás.

Todo talento abre puertas, pero por alto que lleguemos, no se trata de atraer mas  gente hacia ti, si no acercarte mas a la gente para darte mejor.

No erremos el blanco, servir con sabiduría y bondad es la única forma, de lo contrario escucharemos el dicho, tu carácter te puede sacar de donde tu talento puede llevar.

Es cada vez mas frecuente en esta sociedad inmediatista  poseer un gran talento y paralelamente tener una gran necesidad de reconocimiento. 

Gente impaciente  para esperar el aplauso y por resaltar lo que ya impacta la vida, evidencia una sed de aprobación insaciable, buscan exaltación, y exigen cierto tipo de devoción.
   


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