sábado, 29 de marzo de 2014

LA DEPLORABLE CONDICION EN QUE VIVE UNA GRAN PARTE DEL PUEBLO DOMINICANO ES LA FUENTE DE DONDE SE NUTRE LA CLASE POLITICA QUE LE GOBIERNA

La Romana Rep Dominicana
Por Sandy Mercedes


Las sociedades comienzan a sentir la necesidad de cambios cuando sienten que las oportunidades desaparecen y que la corrupción, protegida por un manto de impunidad que la clase dirigente acepta como un compromiso, se convierte en la norma de la vida pública.

En los años recientes, hemos presenciado ese fenómeno en muchos países del continente, con resultados desastrosos para la práctica democrática.

Los pueblos como los niños

El ejercicio del poder ha dejado de ser en nuestros países un deber se servicio publico para transformase en un trampolín social y un camino directo y corto para el enriquecimiento.

A ese ritmo, las estructuras sobre las que funciona el sistema democrático dominicano caerán en pedazos mucho antes de lo que uno pueda siquiera imaginarse.

Los pueblos como los niños, tienden a imitar los modelos, y otras sociedades, a un penoso y alto costo, han echado a rodar todo aquello que alguna vez represento la presunta causa de sus males y dolencias.

En nuestro país, embriagados por las exquisiteces del poder y las ventajas personales que lleva consigo, los gobiernos han dejado a un lado sus obligaciones elementales de transformar la vida de la gente y se han convencido de que la preservación de la pobreza y los elevados signos de marginación  existentes, son una solidad garantía de su vigencia política.

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