Por Sandy Mercedes
En el
crecimiento y buen desarrollo de los niños los padres y los centros educativos
tienen una gran función, por ellos es necesario que ambas partes estén
estrechamente relacionadas.
Socialmente
es un deber de los padres o tutores satisfacer las necesidades biológicas,
afectivas y de formación valorica, mientras que a la escuela se le considera
como una institución destinada a la satisfacción de necesidades intelectuales y
académicas.
Para promover
el desarrollo intelectual, emocional, social y ético de los estudiantes que
cuando se acepta esta división de roles las familias se excluyen de aportar y
ser agentes en la educación académica e intelectual de sus hijos.
Las escuelas
se privan de aportar el enorme potencial formador y socializador que poseen además
es erróneo que los padres y la escuela piensen que constituyen espacios independientes
y aislados,
A raíz
de ellos pueden surgir sentimientos de culpas, temores y desvalorizaciones cruzadas
al evaluar los niveles de desarrollo alcanzado, lo que va directamente en contra
de la educación de los alumnos.
Es necesario
a sumir que ambos sistemas tienen un impacto directo y potente en el logro de
todas las dimensiones de la formación integral.
Los padres
si influyen en el logro de mejores resultados académicos de sus hijos y las escuelas tienen también una responsabilidad
importante en la adquisición y despliegue de habilidades sociales, valores y
forma de convivencia sana, entre otras áreas de las dimensiones socioafectivoy ética.
La familia
es el primer contexto social del niño, en el hogar es que este aprende los
primero comportamientos interpersonales.
Los padres,
los hermanos y otros adultos significativos cumplen el rol de ser los primeros
modelos a seguir y son fundamentales en la formación socio afectiva.
Los niños
desarrollan en el hogar un comportamiento y vinculación emocional, sistema de
creencias y valores por medio de las practicas y discursos de los miembros de
la familia
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